Ingredientes (4 personas):
- 300 – 400 gramos de tallarines (según lo comilones que seáis).
- 200 gramos de carne picada (mejor de cerdo o mezcla con ternera).
- 100 gramos de rovellons (Níscalos o Robellones) (Lactarius deliciosus o Lactarius sanglifuus).
- Media cebolla.
- 3 dientes de ajo.
- 1 pimiento verde.
- Pimienta recién molida.
- Sal.
- 3 -4 cucharadas soperas de aceite de oliva.
- 1 cucharada de aceite de sésamo.
- 1 cucharadita de café de ajinomoto (glutamato monosódico)
- 1 poco de perejil.
Preparación:
Cocer la pasta siguiendo las indicaciones del fabricante, con un litro de agua y una cucharada sopera de sal por cada 100 gramos de pasta. Escurrir y reservar.
Pasar la carne picada y salpimentada por la sartén sin aceite para evitar que la carne quede aceitosa. El fuego deberá estar medio alto y no parar de remover para evitar que se pegue. Cuando esté hecha retirar del fuego y reservar.
Cortar las setas en tiras y pasarlas por la sartén con un poco de sal, pero sin aceite para que suelten toda el agua. Una vez hechas retirar del fuego y reservar.
Picar la cebolla y el ajo. El pimiento cortarlo en tiras de un centimetro de ancho y 4 o 5 de largo.
Poner el aceite de oliva en la sartén y cuando este caliente añadir la cebolla y el ajo a fuego medio alto para que la cebolla se haga rápidamente (sin quemarse) y tome un color dorado. En ese momento añadir el pimiento y rehogar durante 2 o 3 minutos para que no se haga demasiado.
Incorporar ahora la carne, los níscalos, el ajinomoto y el aceite de sésamo. Revolver durante un par de minutos.
Cuando esté listo poner el contenido de la sartén en la olla con los tallarines escurridos. Añadir el perejil, pimienta molida, remover y listo para servir.