
Ingredientes (4 personas):
- Un pulpo de aproximadamente 2 kilos. El que yo he usado pesaba 2,200 k y una vez hecho no llegaba a un kilo. (si te sobra puedes congelarlo).
- 0,5 a 1 de patatas (si pueden ser gallegas mejor (cachelos))
- Pimentón dulce y/o picante (al gusto)
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal.
Preparación:
Dice la tradición que al pulpo hay que darle una paliza y asustarlo tres veces para que salga tierno. Ciertamente este método funciona, con los golpes se rompen las fibras musculares. Lo de asustarlo 3 veces consiste en que una vez el agua ha arrancado a hervir, cogiendo al pulpo por la cabeza, se sumerge en el agua unos segundos, se retira y cuando el agua vuelve a hervir se vuelve a meter y a la cuarta ya no se retira dejándolo hervir.
Por mi parte, mantengo el sistema de asustarlo tres veces pues tiene algo de conjuro y cuando hablamos de Galicia poca broma con estas cosas. Queimada, Santa Compaña y las Meigas, sobre todo éstas que aunque ellos dicen que no existen, afirman al mismo tiempo que haberlas hailas. Lo dicho, como ningún mal puede hacer a la receta, mantengo la tradición, pero en lugar de golpear sin piedad al pobre animal utilizo otro sistema para romperle las fibras, la congelación. El resultado es igual o mejor que con la paliza sin requerir tanto esfuerzo. El único inconveniente es que hay que comprarlo con antelación, congelarlo y el día que deseemos hacerlo, descongelarlo previamente.
En una olla alta ponemos el agua a hervir. Cuando hierve añadimos las patatas con la piel y previamente lavadas.

Con el agua hirviendo, si al poner las patatas se ha cortado el hervor dejamos que lo recupere, procedemos a realizar el ritual de asustar tres veces al pulpo y lo dejamos hervir. El tiempo aproximado es de 30 a 40 minutos según lo grande que sea. Para saber el momento en el que está en su punto suelo un palillo largo (como de pincho) con el que pincho al pulpo y las patatas. En el pulpo se ha de notar cierta resistencia, pero no excesiva. En las patatas ha de entrar y salir con suavidad sin arrastrar la pulpa de la misma. Para que esto funcione, las patatas han de ser de un tamaño medio.


Cuando no quemen y se puedan cortar, cortaremos las patatas en rodajas de un dedo de grosor y la emplataremos. Después cortaremos el pulpo con unas tijeras en rodajas de un centímetro, centímetro y medio y lo pondremos sobre las patatas.

Rociamos generosamente con aceite de oliva virgen extra, salaremos y por último pondremos el pimentón picante, dulce o de ambos. A gusto de los comensales.