Ingredientes (4 personas):
- 4 calabacines grandes.
- 1 patata.
- 1 cebolla
- 1 pastilla de caldo.
- 2 o 3 quesitos.
- Sal.
- Pimienta.
- Pan.
- Aceite de oliva.
- Agua.
Preparación:
Pelar la patata y cortarla a dados grandes. Hacer lo mismo con la cebolla. Por último cortar los calabacines sin pelar en rodajas de un dedo aproximadamente. Descartar las puntas.
Normalmente en el mercado encontrarás dos tipos de calabacines, verde oscuro y un verde muy tenue. Yo prefiero usar los más claros para esta receta. Creo que tienen un sabor más suave, aunque con los oscuros también está muy buena.
Introducirlo todo en una olla o cazuela lo bastante grande, junto con las pastilla de caldo y junto con agua ponerlo a hervir. Para evitar perder vitaminas y minerales, lo cuezo sin que el agua cubra los vegetales y pongo la tapa de la cazuela. Así se cuece con menos agua y no tengo que descartar tanta al final, ganando en sabor.
Una vez cocido (sobre 30′) retirar el agua reservándola.
Añadir los quesitos y pasar por la batidora hasta dejarlo muy fino y añadir agua de la cocción hasta conseguir la densidad que desees. Ajustar de sal y pimienta.
Yo suelo aprovechar el agua de la cocción para hacer una sopa con fideos.
Para darle un toque especial, corta pan a dados y fríelo. Las texturas suaves del puré y crujiente del pan combinan maravillosamente.